domingo, 12 de diciembre de 2010

12XII10

Claro, el frío es excelente pretexto para la inactividad y para hacerme de la vista gorda con el necesario baño diario, como si la mugre se me pegara menos con las bajas temperaturas. Todo se me entume ante la primer tentativa de falta de movimiento, anta la falta de acción, lo que, a su vez, me incita a moverme menos. Los día como hoy me deprimo, me falta la fuerza para soportar los sabores de vida. Días como hoy me faltan las fuerzas para saber si lo que hago es correcto, barthes tiene razón cuando dice algo así como que el amante siempre duda. Cada que amo me desvelan las dudas, las intrigas, el temor de que pueda doler ya duele por sí mismo. Son las consecuencias no gratificantes de entregarme al ideal, de dejarme ir por la pasión, la locura, la entrega. No me arrepiento, por lo general. Pero hay días que pierdo la calma, como si caminará lejos de mí para ver que más hay y me dejara sola un rato. En esos ratos encuentro monstruos en los calcetines, siento serpientes en el roce de las sábanas y de entre los sueños me asciende a la garganta una sensación de estrépito escondido. No sé lidiar con ello, pasan los años y de repente me encuentra el miedo en el peor momento, en la soledad. Y no encuentro consuelo en nada, y busco en la desesperación un poco más de angustia para ver si se contrarestan, y llego a pensar en soluciones prohibidas, regañadas, culpables. Es cuando cometo más errores.

Asumo el temor como parte de mí, como parte inseparable de mi desbordad felicidad, del entusiasmo en el que me refugio cuando puedo, de la sonrisa franca que me alumbra de vez en cuando. Aún así, siempre hay un poco de miedo en mi valentía.

domingo, 21 de noviembre de 2010

20XI10

Palabras de niños

El lenguaje es el medio por el cual el ser humano se comparte, explica, desdoble y expone. Es la herramienta con la que, en un principio, comunica y un elemento por el que más tarde se identificará: el mundo es palabra, signo y significante. Así, la aprehensión del lenguaje se convierte, primero, en una parte esencial para la supervivencia, un medio para un fin, sin embargo, no es difícil que las palabras se constituyan pronto en un fin mismo, que ellas representen algo con un valor propio. Del éxito de los primeros encuentros del niño con el lenguaje podría depender después su acercamiento con otras abstracciones de la realidad y con otros lenguajes que enriquecen nuestra vida.

Para este éxito, es necesario explotar las funciones del lenguaje relacionadas con los diferentes elementos del acto comunicativo: emisor, receptor, medio, lenguaje mismo o mensaje. Depende de cual de estos elementos sea al que se la da mayor importancia la forma en la que se puede abordar su análisis y ejercicio, la capacidad para enfatizar uno u otros se adquiere en de maneras diferentes. La primera aprehensión del lenguaje es un proceso meramente icónico, relacionado con un proceso de nomenclatura del mundo, el entorno del acto comunicativo es lo importante: es cómo nombrar “eso” o “aquello”. Luego viene el uso del lenguaje como medio de expresión, es decir, lo que siente, desea o necesita, por lo que la atención se centra en el emisor. De manera natural se aprende también, más tarde, a poner énfasis en el receptor de nuestro mensaje, es un aprendizaje necesario para la vida en sociedad pues de él depende nuestro éxito social. Por otra parte enfatizar el mensaje, el medio o el lenguaje es más complicado pues requiere más reflexión y creatividad.

Los primeros encuentros con estas funciones no se dan de manera espontánea ni fortuita sino que deben ser introducidas por un tercero lo que es una de las mayores complicaciones para que lleguen a los niños. Sin embargo, este problema primigenio es el más reciente de todos pues este acercamiento se da por medio de las nanas, las rondas, las coplas, adivinanzas, refranes, dichos y otras manifestaciones. Antes de la aparición de los medios masivos de comunicación todas estas expresiones formaban parte de la educación del infante más como un medio de entretenimiento o de educación social que como un entrenamiento de apreciación artística, aún cuando son las introducen al menor con un uso no comunicativo del lenguaje, con una manifestación lúdica. Las palabras expresan pero a la vez invitan a la creación, a la rima y al juego. Incluso formalmente hablando, la composición de estos juegos de palabras es compleja, rítmica, regular, muchas veces terminan por ser objeto de estudiosos o tienen cierta carga histórica heredera de tradiciones. Por medio de estas expresiones el receptor centra la atención no en el mensaje sino en el medio, en las palabras en sí, ya que, a menudo, lo llamativo de estas manifestaciones radica en cómo se oye, así mismo marca la pauta para que también entienda una de las principales características de los textos literarios: que lo importante no es sólo lo que se dice sino como se dice. Es un primer paso para la comprensión del lenguaje poético.

La identificación del uso literario del lenguaje con las historias hace aún más importante la presencia del adulto para la relación. El adulto se convierte en el “mediador” o “animador de libros” y es él quien cuenta cuentos al niño, quien lo lleva al mundo de las historias. En la actualidad no es que los niños no tengan historias a su alcance o que no tengan sentido de la temporalidad de los eventos pues está acostumbrado a oír las descripciones que hacen sus allegados sobre lo que hacen así como tiene acceso a los medios de comunicación . El tipo de narraciones al que está habituado es diferente como también lo son los recursos que las sostienen. Oír o ver un cuento requiere que el receptor aplique todos sus sentidos, es hacer la costumbre de dedicar un momento específico sólo al lenguaje, sólo a entender y desarrollar una imagen en su mente. El mediador tiene la responsabilidad sobre cuántos cuentos le llegan y cómo le llegan, es el interlocutor con el objeto de lectura o la expresión literaria. En este caso es el mensaje el protagonista del acto comunicativo, lo que se dice sin importar quien lo dice, en apariencia. Con la introducción de las historias surge también otro problema, el de la imagen. Los niños no están acostumbrados a hacer sus propias imágenes sino que están acostumbrados a recibirlas ya digeridas y plasmadas por medios electrónicos que no deben ser santanizados ni prohibidos sino afrontados como parte de la nueva experiencia del niño con el mundo. Son imágenes gráficas acompañadas de diálogos, lo que los acerca más a la experiencia del teatro que a la literaria (aunque de ninguna manera sustituye al teatro pues éste tiene su propio lenguaje insistituible). Un infante tiene relación con programas de televisión, películas, video juegos, videos musicales y animaciones que le ofrecen historias también. El desafío es encontrar los medios apropiados para hacerle notar que él puede crear sus propias imágenes a partir de lo que oye y más tarde a partir de lo que lee así como hacerle notar que la lectura y la narración oral implican una simultaneidad que no se asemeja a la de los medios digitales sino que tiene horizontes y posibilidades propias, diferentes, accesibles sólo mediante el manejo del lenguaje. El adulto no tiene la obligación de acercarle estos usos sino, más bien, la posibilidad, depende en gran medida de su propia opinión sobre éstas experiencias el que se las procure o no al niño.

El dominio de las palabras, no obstante, no tiene (ni debe tener) como fin último el acercamiento con los libros pues ante todo deben ser éstas el medio de articulación de pensamientos que le permitan explicar y representar la realidad para comprenderla, abarcarla y, si se puede, modificarla.
Las palabras de un autor son la “radiografía” de su pensamiento, permiten al hombre reconocerse como semejante o diferente de otros, abre las expectativas y promueve la reflexión sobre la realidad del receptor, del emisor y de otras posibles. Permite asir el mundo por medio de la interpretación y reinterpretación, las cosas tendrán tantas caras como palabras para designarlas encontremos. Al final no es una cuestión didáctica sino humanística.

sábado, 30 de octubre de 2010

30 X 10

La tranquilidad que viene con la confianza, más que con el abuso, de ciertas sustancias es necesaria como lo es el café por las mañanas de lunes después de fin de semena de puente y con examen.

Es una tranquilidad merecida pero culpable. No niego en ningun momento que el consumo de ellas, puesto que implican la comercialización, implica muertes. No apoyo las muertes, no es que no me pesen ni que no me importen.
Es complicada un disertación en la que los daños son "invisibles", cadáveres y cadáveres de personas que no conozco, que nunca he visto y nunca vere pues mi vicio, como una de sus peores consecuencias, cobra como peor culpa ser una planta asesina.

La disertación semántico-filosófica sobre lo que significa que una planta asesina sea agentiva debe quedarse a un lado siempre, un hábito así no tiene derecho a la broma, al cuestionamient, a la irreverencia pues ésta, como siempre, lastima.

Las complicaciones de una desición no se hacen patentes sino hasta que un interlocutor las cuestina, es difícil ser cuestionado, no va con cualquier carácter. Así como no va con todos los caracteres preguntar no va con todos responder, de hecho va con aún menos. Requiere de curiosidad y valor preguntar, implica a menudo ciertas consideraciones para con el interlocutor, una percepción propia sobre la curiosidad, el morbo y el espacio mental ajeno. En realidad el verdadero acto de valor a menudo viene cruzando el act comunicativo y juzgando la respuesta, aun cuando ésta sea una negativa de contestar la pregunta, aun cuando la negación de la respuesta sea en sí mismo algun tipo de respuesta con contenido, decir "nada" dice más de lo que los indagadores quieren creer.

Cuando una desición se basa en el placer es mucho menos sostenible que muchas otras. Primero, sería sostener que que el placer es un tipo de beneficio, uno personal, intransferible (excepto en el caso de que alguien este enamorado de ti ya que en ése caso también al otro le daría gusto, en teoría, que este beneficio es considerado mayor o más importante a los daños o consecuencias negativas pueda atraer. Qué tipo de persona es aquélla que considera "pocos daños" la muerte de personas. lamuerte es curiosa cosa, uno puede sentir que muere un poquito cuando no es feliz, no hay más finalidad en la vida que la felicidad, no hay más consideraciones que las que nos meremos nosotros y nuestra paz.

Se buscan amigos por ello, amores, placeres, pasiones, compromisos. Se acude a llamdos y se beben tragos amargos como consecuencia o precio. Se disfruta lo malo y lo bueno como conciente aceptación de un tipo de vida que es asumido y razonado.

No hay justificación para un placer, pero no por ello deja de serlo. Es como un claro, un lugar donde llegue un poco mas de luz o donde se tenga cierta tranquilidad. Es un camino para aquél lugar, no el único y aun menos el mejor, hay otros más efectivos y hermosos, caminos que hacen olvidar el destino. El claro por otra parte tampoco es un destino, es como un descanso de unas grandes escaleras. Es y no es un claro por que a veces parece más como un algo más que se me escapa ante la insistencia de admitir que simplemente es un placer, un placer al que desearía no tener que explicar y menos defender.

Es la libertad sin responsabilidad de la libertad de prensa, es el tipo de libertad que gozamos en otros medios los que escribimos sabiendo que posiblemente esto ni siquiera sea leído. Pero las palabras... quién dijo que a las palbras se las lleva el viento debió ser inmortal.


Es un vicio, sin duda, sólo por q hace mal. Es el peor vicio del mundo por que hace mucho daño, debo ser la peor persona ddel mundo por no importarme, pero me importa y lo hago, y ya no puedo sentirme peor.

miércoles, 30 de junio de 2010

30VI10

Paciencia

Respirar profundo, levantar la mirada, levantar un poco el labio o girar la cabeza para esconder con disimulos alguna expresión son unos cuantos de los síntomas de no tener paciencia. Encontrar una razón poderosa para no reaccionar con total libertad no sólo requiere no sólo de paz mental o deseos de ser políticamente correcto sino un elaborado discurso filosófico ideológico con si mismo que puede no haberse a cabo aún.

La paciencia se puede esconder tras los motivos más ridículos en la vida diaria o se puede convertir en una elección de convicción casi irreverente.

Tomar la decisión adecuada o adecuarla al momento y situación demandante implica un riguroso análisis inmediato el cual no siempre está en condiciones de realizarse, posiblemente incluso se desarrolla demasiado tarde. De esta manera, cuando las situaciones que nos prueban se repiten, un mecanismo dentro de nosotros se despierta y puede hacernos inverosímil el hecho de que “aquéllo” siga molestándonos sin inmutarse al respecto o de que a nosotros siga importándonos. Rehacer el análisis, pero ahora enfocado en por que nos molesta, de nuevo requiere trabajo mental, una inversión de tiempo nada despreciable y cuestionar nuestra posición (lo que podría implicar otros exámenes a su vez). Al final toda evento en el mundo puede hacernos desear paciencia en cualquier momento, es inevitable, el mundo está lleno de cosas horribles, apestosas, repetitivas, poco creativas, absurdas, incómodas, inverosímiles, incorrectas y estrafalarias. Pero las personas no, detrás de tanto cuestionamiento podemos siempre podemos tratar de inferir por qué mierda hay que discutir.
En ese punto siempre me atoro, nunca sé por qué no se me permite sencillamente guardar silencio o sencillamente mandar al ex-compañero de diálogo a saludar a su madre.

martes, 22 de junio de 2010

32 VI 10

Primero.
Al aire libre.
Los lunares resaltaban como territorio no marcado. Eran puntos que unir con la mirada curiosa, ávida, resplandeciente ante tanta proposición indecorosa. La única forma de unir tantas marcas fue con más marcas. Los labios tronaron suavemente sobre cada uno, la cifra final no importó: terminaba en 7 y fue suficiente para que todo cediera. El impaciente deseo alimentado con besos de escalera, puerta, parque; los pocos robados entre libros; todos se desbalanzaron súbitamente cuando en algún momento se venció el rumor de timidez.
Fue robarle la confianza al morbo y ni así terminó en morbo aquéllo. La curiosidad reinó con su afán lúdico, dio un par de vueltas. Las miradas se guiaban en silencios y frases numeradas: fue un rato bien invertido en pintar estrellas con la piel y luego borrarlas con apretones y arrumacos que probaban distancias y permisos. Todo trotó en orden. El ambiente se saboreó con el aroma recién descubierto del sudor ajeno, olor que se grabó después indeleblemente pero que era, en ese entonces, un desliz de provocación. Fue la combinación perfecta, varios días, varias soledades. Los pormenores son más curioso que dignos de causar sobresalto, movimientos torpes que no se cuadran, las vueltas no pensadas y bien sentidas, risas aún nerviosas, era mucha experimentación con un tentar y regresar de olas, un estira y afloja lento y delicioso que se aflojó del todo con una sonrisa que inventamos para eso.

23 VI 10

Sólo le tomó un momento desnudarlo. Ahí, en medio de miles de personas, con un olor a humanidad y un calor de gente. Después de no verlo, cuando lo volvió a ver lo vio sin ropa.

***

Ésa era la expresión:
-Se ve que coge rico-
Cuando oyó la frase y lo vio, lo recordó tal cual lo había tenido unas horas antes.
--Pues...- fue la respuesta. Sí, lo hacía en realidad.
Era cosa de imaginárselo. Era cosa de imaginarse en serio.

viernes, 18 de junio de 2010

18VI10

Estoy triste, mucho. Soy un élitro mojado que se despinta. Nadie puede verlo, todo es a solas. Por primera vez no he levantado olas, no me he derrumbado frente al mundo, no he alzado la voz.Y es que no lo he visto, no he sabido nada de él, ni su voz, ni sus palabras en línea, ni sus opiniones en libros virtuales. No mensajes, no comunicación, ahora sí lo sé: del silencio ya no brotará complicidad alguna.

sábado, 22 de mayo de 2010

22V10

En contra de lo que dejo ver, la vida se esfuerza por satisfacer mis expectativas. Cada que deseo algo, sobre todo si mi deseo es banal, es probable que de alguna manera casual llegue a mí. A menudo, al caminar por la calle, lleno mi cabeza de deseos hilarantes al son de la música de siempre. Paso tras paso, ocurrencia tras ocurrencia sobrellevo la existencia citadina. Y así de complacencia en complacencia me dejo llevar, lo malo es que mi pesimismo me aguada tan grato regalo del destino. La mecánica de mi propia desventura es simple y no por ello mas fácil de evitar: inicia con un "desearía" y se deja ir en un sinfín de "pero estaría mejor si". De tal suerte si me hubiera satisfecho con desear hubiera disfrutado de un place completo, pero como ya planteé cada posibilidad de ser mejor sólo pasa a ser una bella casualidad.

lunes, 3 de mayo de 2010

03 IV 10

Mi hueva de domingo a media tarde amenaza con matar mi lunes. LA inercia del poder y querer pretende apoderarse de mis berrinches y mandar lo que no debo a la verga, así mi cerebro se concentra en no ceder.

Brrr, días de soledad dilapidados en nadas que nada dejaron, dilucidaciones sobre lo mismo sin que eso asegure dignidad o solución para algo. Torpes torturas que, aunque breves, no llevan más que a no poder abandonar del todo esa tristeza que amarga mi nuevo estado de alegría. No puedo esforzarme por ser feliz si esto sigue así y me rehusó a dejar de serlo por algo sin fin.

Ay el berrinche, si su sola fuerza caústica no hirviera mis intestinos con su inefable falta de paz, sino se me repitiera en la mente. Con la posibilidad de que encontrara forma de eludirlo me calmaría un poco, sin embargo, sólo se muestra más justo y menos sereno conforme pasa el tiempo y alimenta esa idea ni tan bien marinada del abandono.

Y yo me hago chaquetas mentales en las que recupero tanta independencia y alegría sin que me estorbe pero llega él y me recuerda que sin él nunca soy tan feliz y que basta uno de sus torpes movimientos para que todo se rompa.

Es apenas lunes y no quiero nada de todo lo que quiero hace por q él está ahí. Quiero evitarlo y tantos compromisos no me dejan, quiero matarlo y tanto amor no me deja.

Es lunes y desearía estar lejos.

martes, 30 de marzo de 2010

29III10

Dolor, dolor necesario que en las noches no llama que asalta por sorpresa, que inunda todos los sueños, los llena con pesadillas.

Lo odio

sábado, 27 de marzo de 2010

27III10

Un solo color condena ante todo al engaño, al disimulo. Ante la monocromia no queda más que fingir demencia, no se puede acusar, ni temer, no hay más sentimientos que el abandono. La expresión se reduce a actos preestablecidos, decididos tácitamente que incuestionables se manifiestan: negro, luto; gris, seriedad; amarillo, alegría; rojo, pasión. No queda mucho por decir y nada por negar, vence lo convenido, con el tiempo y la convivencia viene el conocimiento de los colores de la vida de la gente, sabemos los tonos con los que la banda se envuelve.

Dejarse llevar por la irreverencia del color es rebelarse: disidentes del efecto visual. Contrastes, trastornos entre rosa y verde, choques entre matices de azul, confidencias entre rosa y naranja a los que acude un morado que nadie llama.

Así se generan novedades que se juzgan fácilmente de mal gusto: lo kitsch, lo cursi, lo exagerado, son términos génericos, intercambiables, que dicen lo mismo y más barato. No hay forma de defender lo que no combina.

Viva el color, el compromiso con lo extravagante, el reto a lo provocativo, el salto con lo inusual. No se trata de falta de atención por las mañana sino de reinventar el estilo, de negarse a la predicción, sospechar el buen gusto entre mucha ocurrencia.

El piropo se convierte en una sorpresa. Lo inesperado del halago es fuente de inspiración, una retórica entre lo que se hace y se repite, entre lo que se reinventa y se toma como motivo clásico. Nunca se busca pero siempre se agradece.

La mezcla de tonos no es un juego al azar, es rehusarse a entregar el alma y el pensamiento a una ideología visual: días morados, épocas azules, amigos azules y amigas rosas, actitud verde.

Es fácil llegar al fracaso cuando se juega con una gama de posibilidades infinitas: el buen gusto es complicado. Las ganas de cuestionarlo: infinitas

martes, 16 de marzo de 2010

22III10

Éste era un Élitro que no sabía muy bien por qué no era feliz. Tenía Muchas razones para serlo y una filosofía muy rebuscada que justificara no dejar de serlo por lo que no tenía. Cuando se daba cuenta de que no era feliz se ponía triste. Era extraño, no es que en el resto fuera amargamente infeliz sólo, sólo de repente algo pasaba, súbitamente dejaba de sonreír. A veces el Élitro era muy feliz, sonría, brincaba y jugaba y a veces sólo dejaba que nada la alterara pero a veces, a veces sentía que nada estaba bien, que no merecía ciertas cosas, que no se esforzaba, entonces dejaba de esforzarse, de disfrutar y perdía la alegría. Era u círculo vicioso en el que nadie lo podía ayudar.
Él no entendía muchas cosas... a la gente.
Él a veces no se sentía bien

jueves, 11 de marzo de 2010

11III10

Hay muchos tipos de miedo. Me da miedo dormir los días como hoy. Durante las tardes que sin penas se llenan de gloria, las que las añoranzas de malhumores que me avergüenzan se muestran como costumbres adormecidas más no muertas, me desdigo en desidias. Jugaron entre mis piernas lo ríos de color púrpura que descansaban entre mis orejas.
!Vivan lo días si sueño!vivan tranquilas las tardes de juegos.

Me duermo con un temor inocente de en noche de navidad, temiendo que los regalos recibidos al abrir los ojos desaparezcan ante el descuido de un parpadeo demasiado largo. Como él duermo abrazada.

jueves, 4 de marzo de 2010

04 III 10

Pus hoy me paso la belleza de la vida por el culo: ando que me hierve la sangre. No puedo ni ver claro me tiembla el pulso,pierdo los semáforos, me descuido ante cualquier despiste y francamente no quiero ni puedo concentrarme en nada. No ando enojada, no es que odie la felicidad pero en serio, podría yo estar exhuberantemente feliz.
Brrr, me caga, me castra, me molesta, me encrespa hasta las uñas. Me mordí hasta los botones. Me encapricho cuando me quito la blusa y bajo el cierre de la falda, hago una mueca cuando siento el agua tibia en la espalda. Un roce de las manos correctas sobre el talle pueden desatar una serie de descargas eléctricas que me tatúan desde el cuello en la nuca, bajan raudos rodeando la cadera y ceden imposibles, tercos, al llegar a la entrepierna.

Sí ya lo decían por ahí, una no es ninfómana, sólo romántica. Pero bueno, todas sabemos que las mejores rosas son las que se huelen después entre sábanas. Ni que hablar de ese dolor de un día después: sentarse es volver a vivir.Nadie alaba a aquella que siempre anda bien arreglada y feliz, pero no anduviera ya de malas por que las quejas se dejan oír.

miércoles, 3 de marzo de 2010

03 III 10

Es imposible saber que hace que de repente andes como bicho raro con una sonrisa de idiota que levanta sospechas y envidias. Es algo que no sé que es y que levanta las comisuras de los labios hasta retar el sano pesimismo capitalino. Me encanta ver la expresión de la gente cuando te sorprende con un gesto que no expresa odio a la existencia misma, cuando volteas a expresar una alegría por vivir no merecida. Me gusta sonreír, no me gusta que no sea tan fácil. Me gusta subir al metro para descubrir las cosas bellas, los amantes que se besan como sino hubiera mañana y los que no se hablan como sino se amaran. Ver a los niños, agotados , después de la escuela, mientras cabecean y se recargan sobre desconocidos para dormir un rato. Me gusta ver a los viejitos que se entretienen al jugar con su dentadura a los bebés meterse la mano en la boca para acallar el sufrimiento que les causan los dientes.

Hay días en los que no se me borra la mueca de sorpresa ante lo cotidiano. Esos mismos días me siento cursi, ingenua. Un lugar común repetido por miles de mensajes sin creatividad. Pero no encuentro creatividad ni sustento para sentir casi como si brillara en la oscuridad.

martes, 2 de marzo de 2010

02 III 10

Cómo no encontrar lo que no se busca cuando de pronto me estaciono en la sensible simplicidad del ocio. En el cómodo despreocupamiento de hacer nada por no errar.¿Cobardía? ¿hueva? ¿falta de compromiso? Por que hay que defender una postura que me aleja de los demás y me reta la creatividad para encontrar formas nuevas de no hacer lo que se debe. Para mí esa definición la defiende.

Cómo no encontrar algo que no se busca cuando más bien no se persigue un fin sino se sigue un poco de fe.

No sé, alguien que quiero me dijo hace mucho que "sarelipia" es cuando encuentras algo que no buscabas: una sorpresa. A él se lo dijo alguien a quien los dos admiramos, ahora resulta que la nada dichosa palabra no existe. ¿Ahora qué?
Tal vez encontré una palabra que no existe buscando una que me definiera. ¿sarelipia?