martes, 30 de marzo de 2010

29III10

Dolor, dolor necesario que en las noches no llama que asalta por sorpresa, que inunda todos los sueños, los llena con pesadillas.

Lo odio

sábado, 27 de marzo de 2010

27III10

Un solo color condena ante todo al engaño, al disimulo. Ante la monocromia no queda más que fingir demencia, no se puede acusar, ni temer, no hay más sentimientos que el abandono. La expresión se reduce a actos preestablecidos, decididos tácitamente que incuestionables se manifiestan: negro, luto; gris, seriedad; amarillo, alegría; rojo, pasión. No queda mucho por decir y nada por negar, vence lo convenido, con el tiempo y la convivencia viene el conocimiento de los colores de la vida de la gente, sabemos los tonos con los que la banda se envuelve.

Dejarse llevar por la irreverencia del color es rebelarse: disidentes del efecto visual. Contrastes, trastornos entre rosa y verde, choques entre matices de azul, confidencias entre rosa y naranja a los que acude un morado que nadie llama.

Así se generan novedades que se juzgan fácilmente de mal gusto: lo kitsch, lo cursi, lo exagerado, son términos génericos, intercambiables, que dicen lo mismo y más barato. No hay forma de defender lo que no combina.

Viva el color, el compromiso con lo extravagante, el reto a lo provocativo, el salto con lo inusual. No se trata de falta de atención por las mañana sino de reinventar el estilo, de negarse a la predicción, sospechar el buen gusto entre mucha ocurrencia.

El piropo se convierte en una sorpresa. Lo inesperado del halago es fuente de inspiración, una retórica entre lo que se hace y se repite, entre lo que se reinventa y se toma como motivo clásico. Nunca se busca pero siempre se agradece.

La mezcla de tonos no es un juego al azar, es rehusarse a entregar el alma y el pensamiento a una ideología visual: días morados, épocas azules, amigos azules y amigas rosas, actitud verde.

Es fácil llegar al fracaso cuando se juega con una gama de posibilidades infinitas: el buen gusto es complicado. Las ganas de cuestionarlo: infinitas

martes, 16 de marzo de 2010

22III10

Éste era un Élitro que no sabía muy bien por qué no era feliz. Tenía Muchas razones para serlo y una filosofía muy rebuscada que justificara no dejar de serlo por lo que no tenía. Cuando se daba cuenta de que no era feliz se ponía triste. Era extraño, no es que en el resto fuera amargamente infeliz sólo, sólo de repente algo pasaba, súbitamente dejaba de sonreír. A veces el Élitro era muy feliz, sonría, brincaba y jugaba y a veces sólo dejaba que nada la alterara pero a veces, a veces sentía que nada estaba bien, que no merecía ciertas cosas, que no se esforzaba, entonces dejaba de esforzarse, de disfrutar y perdía la alegría. Era u círculo vicioso en el que nadie lo podía ayudar.
Él no entendía muchas cosas... a la gente.
Él a veces no se sentía bien

jueves, 11 de marzo de 2010

11III10

Hay muchos tipos de miedo. Me da miedo dormir los días como hoy. Durante las tardes que sin penas se llenan de gloria, las que las añoranzas de malhumores que me avergüenzan se muestran como costumbres adormecidas más no muertas, me desdigo en desidias. Jugaron entre mis piernas lo ríos de color púrpura que descansaban entre mis orejas.
!Vivan lo días si sueño!vivan tranquilas las tardes de juegos.

Me duermo con un temor inocente de en noche de navidad, temiendo que los regalos recibidos al abrir los ojos desaparezcan ante el descuido de un parpadeo demasiado largo. Como él duermo abrazada.

jueves, 4 de marzo de 2010

04 III 10

Pus hoy me paso la belleza de la vida por el culo: ando que me hierve la sangre. No puedo ni ver claro me tiembla el pulso,pierdo los semáforos, me descuido ante cualquier despiste y francamente no quiero ni puedo concentrarme en nada. No ando enojada, no es que odie la felicidad pero en serio, podría yo estar exhuberantemente feliz.
Brrr, me caga, me castra, me molesta, me encrespa hasta las uñas. Me mordí hasta los botones. Me encapricho cuando me quito la blusa y bajo el cierre de la falda, hago una mueca cuando siento el agua tibia en la espalda. Un roce de las manos correctas sobre el talle pueden desatar una serie de descargas eléctricas que me tatúan desde el cuello en la nuca, bajan raudos rodeando la cadera y ceden imposibles, tercos, al llegar a la entrepierna.

Sí ya lo decían por ahí, una no es ninfómana, sólo romántica. Pero bueno, todas sabemos que las mejores rosas son las que se huelen después entre sábanas. Ni que hablar de ese dolor de un día después: sentarse es volver a vivir.Nadie alaba a aquella que siempre anda bien arreglada y feliz, pero no anduviera ya de malas por que las quejas se dejan oír.

miércoles, 3 de marzo de 2010

03 III 10

Es imposible saber que hace que de repente andes como bicho raro con una sonrisa de idiota que levanta sospechas y envidias. Es algo que no sé que es y que levanta las comisuras de los labios hasta retar el sano pesimismo capitalino. Me encanta ver la expresión de la gente cuando te sorprende con un gesto que no expresa odio a la existencia misma, cuando volteas a expresar una alegría por vivir no merecida. Me gusta sonreír, no me gusta que no sea tan fácil. Me gusta subir al metro para descubrir las cosas bellas, los amantes que se besan como sino hubiera mañana y los que no se hablan como sino se amaran. Ver a los niños, agotados , después de la escuela, mientras cabecean y se recargan sobre desconocidos para dormir un rato. Me gusta ver a los viejitos que se entretienen al jugar con su dentadura a los bebés meterse la mano en la boca para acallar el sufrimiento que les causan los dientes.

Hay días en los que no se me borra la mueca de sorpresa ante lo cotidiano. Esos mismos días me siento cursi, ingenua. Un lugar común repetido por miles de mensajes sin creatividad. Pero no encuentro creatividad ni sustento para sentir casi como si brillara en la oscuridad.

martes, 2 de marzo de 2010

02 III 10

Cómo no encontrar lo que no se busca cuando de pronto me estaciono en la sensible simplicidad del ocio. En el cómodo despreocupamiento de hacer nada por no errar.¿Cobardía? ¿hueva? ¿falta de compromiso? Por que hay que defender una postura que me aleja de los demás y me reta la creatividad para encontrar formas nuevas de no hacer lo que se debe. Para mí esa definición la defiende.

Cómo no encontrar algo que no se busca cuando más bien no se persigue un fin sino se sigue un poco de fe.

No sé, alguien que quiero me dijo hace mucho que "sarelipia" es cuando encuentras algo que no buscabas: una sorpresa. A él se lo dijo alguien a quien los dos admiramos, ahora resulta que la nada dichosa palabra no existe. ¿Ahora qué?
Tal vez encontré una palabra que no existe buscando una que me definiera. ¿sarelipia?