lunes, 3 de mayo de 2010

03 IV 10

Mi hueva de domingo a media tarde amenaza con matar mi lunes. LA inercia del poder y querer pretende apoderarse de mis berrinches y mandar lo que no debo a la verga, así mi cerebro se concentra en no ceder.

Brrr, días de soledad dilapidados en nadas que nada dejaron, dilucidaciones sobre lo mismo sin que eso asegure dignidad o solución para algo. Torpes torturas que, aunque breves, no llevan más que a no poder abandonar del todo esa tristeza que amarga mi nuevo estado de alegría. No puedo esforzarme por ser feliz si esto sigue así y me rehusó a dejar de serlo por algo sin fin.

Ay el berrinche, si su sola fuerza caústica no hirviera mis intestinos con su inefable falta de paz, sino se me repitiera en la mente. Con la posibilidad de que encontrara forma de eludirlo me calmaría un poco, sin embargo, sólo se muestra más justo y menos sereno conforme pasa el tiempo y alimenta esa idea ni tan bien marinada del abandono.

Y yo me hago chaquetas mentales en las que recupero tanta independencia y alegría sin que me estorbe pero llega él y me recuerda que sin él nunca soy tan feliz y que basta uno de sus torpes movimientos para que todo se rompa.

Es apenas lunes y no quiero nada de todo lo que quiero hace por q él está ahí. Quiero evitarlo y tantos compromisos no me dejan, quiero matarlo y tanto amor no me deja.

Es lunes y desearía estar lejos.

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