Fue una tarde no soleada la tarde
que me llegó sin sospecha inspiración
llorando como siempre con desgane
escapada de algún lado a traición.
Llegó sin cuerpa, sin lentes sin desplantes
sin saber si venía o se va,
sin saber si llega con mecates
a amarrar las palabras que serán.
Llegó la inspiración de cualquier parte
tras noches y noches de piedad
que después de tormentas y desaires
me recuerdan que tal vez también haya paz.
Llegó la inspiración a descartarse
como musa o mujer que se verá
desnuda, intocable y sin flecharse
sin mandatos ni flores que cuidar.
Llegó la inspiración y fue aliento
que se toma tras ahogarse sin final
tras sentir que las aguas me comían
y sin voz me soltaban sin piedad.
Llegó la inspiración a gritarme,
a exigirme, a mentirme, a girar
a romperme la cabeza en desplantes
que me dejan en mil trozos la fealdad.
Llegó una tarde de cualquier parte sin avisos
sin banderas ni estandarte ni verdad
sin ser algo que no fueran desvaríos
a no ser forma que se pueda capturar.
Fue furia, fue llanto fue martirio,
fueron voces que no supe contener,
fueron ecos de mil ecos que no llenan
ni un dedal, ni un brote, ni un pez.
Fue sombras, fue luces, fue resquicios
fue escombros que ya no supe o quise ser
son las ruinas que quedaron de mil noches
que no pudo nunca el sueño contener.
Mil insomnios, mil augurios y mil miedos
que me dejan con mal cuerpo al beber
la esperanza de que tantas alegrías
sean más que razones por perder.
Llegó una tarde ya muy tarde
con la risa
de mil vientos que se fueron a meter
en mi vientre que se llena y respira
y no quiere con requiebros proceder
De cualquier parte sin voz que me reciba
sin destino que me pueda retener
son los versos que me nacen en la risa
de quien cree que los puede contener.
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