martes, 3 de septiembre de 2024

030924

Quisiera ser feliz un ratito,

un ratito nomás,

olvidar las cuentas del súper

y también las del gas.


Estar contenta sin deudas

y tanto que tengo que dar

tanto que me quedo vacía

sin poder ya más esperar


que esa felicidad llegue mañana

u otro día que vendrá

siempre después de otro

y uno y otro más.


Quisiera ser feliz esta tarde,

un ratito pequeño nomás,

de cinco a seis de la tarde

y ya después ponerme llorar.


A llorar otra vez porque estamos

condenados al suelo y ya,

a vivir tanto desasosiego

y lo del clima mundial,

lo de las pestes y el hambre,

lo de esa guerra que está

aquí y en todas partes

y que no se va

por más que yo lloro y lloro

porque siento que ya

se me acaban las fuerzas y lágrimas

de tanto, tanto llorar



No hay poesías alegres

ni qué festejar,

tal vez sólo este ratito

de calma nomás

en el que me como un pancito

y juego a soñar

que esta casa ya es mía, 

que el gato se quedará

para siempre a mi lado

y que la perra será

también eterna por siempre

que ella no morirá.


Un ratito que me concentro

en el amor que me da

mi churris a manos llenas

y la paz que me da 

una siesta que también debo

y que es crimen de sal

porque las deudas suspiran 

mientras yo juego a esta paz

que me robo entre versos 

cuando hay tanto que obrar

mil pendientes y trabajo 

que me llama a currar

a dejar los sueños y quimeras

de que ya escampará

de que el gato será eterno

y eterna la paz 

de este ratito que robo 

y que finjo felicidad.

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