martes, 16 de julio de 2024

160724

Es muy triste la tarde, esta tarde

y más larga, el agua del mar,

desde que veo el agua que arde

en la que ando sin saber nadar.


El agua que me llega a los ojos,

el hambre me da de comer,

un sueño que sueño y que mata

a quien tampoco ya puede beber.


Y si fuera la orilla, la risa,

rito perdido más que verdad

una puerta fantasma que sueña

y un poco de rancia maldad


que se mece y se mueve, se ríe

lejos y más lejos del mar

se alarga se mece y me dice

que nade sin poderla tocar.


Soy fantasma que no habla no dicta,

sólo nada y mira y se va

se va sin moverse ni un dedo

se va sin saber si vendrá.


Es la orilla un mito, una sombra

de un futuro que va para atrás

somo barcos, más bien balsitas

hojitas que caen en el mar


Somos hojas y mil hormiguitas

cantando la canción que me trae

la certeza de que no hay orilla

sólo tormenta y un vaso de sal.


No hay orilla, una historia, mentiras 

mentiras del dueño del mar

del que en un el mar revolcado

el miserable sin culpa sale a pescar.

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