La nostalgia es mi enfermedad favorita
siempre me ha llamado a su dicha
me cuenta cuentos que ya oía
desde antes de que fuera una trivia.
Me tumba en cama y me hace llorar
con fotos de antaño para suspirar
mil caminos que volver a andar
e ideas que eran pero ya no están.
Me contagia a veces una canción
un verso suelto de algún rincón
que surge y viene sin invitación
para llenarme de lo que fue vieja mansión.
Al través de los años cada tanto oigo sus pasos
que me salen de entre sombras y abrazos
olores que me sorprenden al repaso,
que secaron a la sombra tantos faros
Me enferma la nostalgia una tarde cualquiera
y se me cae encima la niebla
de lo que fue y ya no será ni quimera
ni sorpresa ni algo diferente a lo que fuera.
Y me lloran los ojos y me sangran las venas
con cuentos que me cuento con sendas,
que se han borrado tras las penas
que lloré y lloré después de mil fiestas.
Se me corta el cuerpo del desazón
de pensar tanto que quiso este corazón
que al recordar siempre que aquel dolor
que por mucho que pasa siembre siempre
para retumbar con mucho y sucio clamor
de monstruos y errores malvividos,
de amores queridos y perdidos,
de migas que fueron ya sin ser
y de cosas que ya no puedo tener.
Por eso guardo cama y me repito
que de tanto amor nadie ha morido
que más flores hay hoy en el jardín
de las que ayer pensé algún día vivir.