lunes, 3 de enero de 2011

02 I 11

Hoy, mundo, sabed que estoy loca, que he perdido la razón, que no tengo juicio: estoy enamorada.
Sabed, gente, que no merezco confianza alguna, que no se deben juzgar precisas mi palabras ni sabias mis aseveraciones, que no tengo ni una certeza en la vida y que sólo voy a traspiés en un túnel imaginando que sigo una luz que no existe.
Hoy, les advierto que nadie debe creerme, que nadie debe seguirme, que no deben pedirme consejo ni preguntarme cosas serias. Yo sólo puedo hablar de luces y sombras, de mariposas y monstruos, de pasiones y de tormentos. No conozco puntos medios, no tengo referencias, me miento y miento, sin intención, a todo al que se deje, no poseo verdades, sólo mitos.
En mi cabeza no hay ideas, sólo ilusiones, paisajes inventados, cuentos, historias, pláticas que he creado, conversaciones que ya no dicen lo que decían a fuerza de repetirlas. No puedo decir nada importante, sólo tengo las anécdotas de besos interminables, de frases que me cambiaron, de miradas simples, de manos que traspasaron fronteras y que me contaron cuentos a su vez. No puedo decirles nada serio, sólo tengo miedos infantiles, teorías que me atormentan, dudas que a nadie importan y lágrimas que se repiten para el mundo pero que a mí me han ahogado una por una.
Soy una ilusa, una revolucionaria que no cambiará nada, una idealista que no puede defender sus ideales porque a veces le fallan, soy un caos que cree tener el orden en un beso, soy un fraude: estoy enamorada.
Ojalá nadie me ame, porque del que amo nunca tendré certezas, porque a él le juro las noches y le dedico los días y es, con todo y la mayor parte del tiempo, una causa perdida.
En mi ceguera, elijo el lado luminoso, decido amar y lo afronto, lo afronto como el quijote afrontó su locura creyéndola certeza, virtud y proeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario