No sé cómo ha pasado pero salí de la mar,
me encuentro sana en la arena
lista pa' volver a zarpar
a esta mar ecabritada que casi me llega a ahogar
y de la que genuino milagro, me ha llegado a salvar.
Hay un cementerio de ahogados, en el fondo de ese mar,
que viven sin dinero y en angustia
en el fondo de alta mar
que están siempre en tinieblas, temblando de frío y de pan,
que no viven, pues se han ahogado,
hasta el fondo, fondo, del mar.
Nosotros casi nos ahogamos, tragamos mucho mucho mar,
entre olas y tempestades, que no sabíamos nadar
entre las sombras de esa noche, las más noche que más,
que más que nos tragaba nos movía,
nos movía sin más,
como a dos hojitas que en la lluvia,
van a caer al canal.
Fue una noche muy larga, pero que llegó a terminar
pudimos ver la mañana
porque logramos nadar
nadar contra la corriente
o por debajo del mar
viendo a los muertos a los ojos
viendo el fondo de mar
lleno de olvidados de todas partes, del otro lado del mar
porque los hay que se mueren de pan, otros de guerra
y unos más de soledad
pero todos, no sé cómo
terminan al fondo del mar
añorando un poco el aire
y un poco más la sal
que entre tanta agua salada
no se puede ya saborear.
Ahora estamos tranquilos,
pensando a donde zarpar,
en ir a conocer otros mares,
y nuevos lugares que merodear.
O tal vez disfrutar del puerto,
sabiendo que ya sabes nadar
que el día que se antoje pueder ir un rato al agua
sabiendo que ahora sabes nadar
y que sin ya nadaste toda la noche
ya tan fácil no te ahogarás
y que miraste a los ojos,
a los que no pudieron llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario